lunes, 20 de agosto de 2007

Lecturas domingo 26 de Agosto

Isaías 66, 18 – 21.

Yo vengo a reunir a todas las naciones y lenguas; vendrán y verán mi gloria. Pondré en ellos señal y enviaré de ellos algunos escapados a las naciones: a Tarsis, Put y Lud, Mések, Ros, Túbal, Yaván; a las islas remotas que no oyeron mi fama ni vieron mi gloria. Ellos anunciarán mi gloria a las naciones. Y traerán a todos sus hermanos de todas las naciones como oblación a Yahveh - en caballos, carros, literas, mulos y dromaderios - a mi monte santo de Jerusalén - dice Yahveh - como traen los hijos de Israel la oblación en recipiente limpio a la Casa de Yahveh. Y también de entre ellos tomaré para sacerdotes y levitas - dice Yahveh.



Salmo 117

¡Alabad al Señor, todas las naciones,
celébrenle, pueblos todos!
Porque es fuerte su amor hacia nosotros,
la verdad del Señor dura por siempre.



Carta a los Hebreos 12, 5 – 7 y 11 – 13.


Hermanos, han echado en olvido la exhortación que como a hijos se les dirige: Hijo mío, no menosprecies la corrección del Señor; ni te desanimes al ser reprendido por él. Pues a quien ama el Señor, le corrige; y azota a todos los hijos que acoge. Sufren para corrección suya. Como a hijos los trata Dios, y ¿qué hijo hay a quien su padre no corrige? Cierto que ninguna corrección es de momento agradable, sino penosa; pero luego produce fruto apacible de justicia a los ejercitados en ella. Por tanto, levanten las manos caídas y las rodillas entumecidas y enderecen para sus pies los caminos tortuosos, para que el cojo no se descoyunte, sino que más bien se cure.



Evangelio según San Lucas 13, 22 – 30.

Jesús atravesaba ciudades y pueblos enseñando, mientras caminaba hacia Jerusalén. Uno le dijo: “Señor, ¿son pocos los que se salvan?”. Él les dijo: “Luchen por entrar por la puerta estrecha, porque, les digo, muchos pretenderán entrar y no podrán. Cuando el dueño de la casa se levante y cierre la puerta, se podrán los que estén fuera a llamar a la puerta, diciendo: "¡Señor, ábrenos!" Y les responderá: "No sé de dónde son". Entonces empezarán a decir: "Hemos comido y bebido contigo, y has enseñado en nuestras plazas"; y les volverá a decir: "No sé de dónde son. ¡Retírense de mí, todos los agentes de injusticia!". Allí será el llanto y el rechinar de dientes, cuando vean a Abraham, Isaac y Jacob y a todos los profetas en el Reino de Dios, mientras a ustedes los echan fuera. Y vendrán de oriente y occidente, del norte y del sur, y se pondrán a la mesa en el Reino de Dios. Y hay últimos que serán primeros, y hay primeros que serán últimos”.